Los alimentos que consumes afectarán a tu corazón, al peso, al azúcar en tu sangre y a tus niveles de colesterol. Por eso te recomendamos basar tu dieta en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos y semillas, y proteínas magras, los cuales tendrán un impacto positivo en el organismo
Una buena hidratación es indispensable, por tal razón es muy importante beber al menos dos litros de agua diarios. El agua ayuda a controlar la presión sanguínea, regula la temperatura corporal, transporta nutrientes y previene el estreñimiento, ayudando a mantener un buen tránsito intestinal entre otras muchas tareas.
Por el contrario, las bebidas azucaradas sólo aportan calorías vacías y contribuyen al aumento de peso.
-Riesgos:
El sobrepeso y la obesidad pueden conducir a padecer enfermedad cardiovascular, hipertensión y un mayor riesgo de sufrir diabetes.
Una dieta deficiente en nutrientes y con exceso de grasas, puede llevar a padecer ciertos tipos de cáncer, como el de próstata, mama y colon entre otros. Además, una dieta baja en frutas y hortalizas y con un alto contenido de grasas saturadas puede llevar a sufrir enfermedades del corazón.
Para mantenerse en forma, y siempre que sea un adulto sano, es importante realizar ejercicio físico entre cuatro y cinco días a la semana.
Si no eres una persona acostumbrada al ejercicio, deberás de hacerlo progresivamente comenzando con sesiones de quince minutos e ir aumentando gradualmente el ejercicio cardiovascular, como caminar a paso ligero, correr, andar en bici, nadar y realización de elíptica entre otras.
Si lo que quieres es construir y definir el músculo, deberás de agregar dos o tres días de entrenamiento de resistencia a tu rutina.
Será importante dormir al menos siete u ocho horas diariamente, para que tu cuerpo descanse del desgaste producido durante la jornada y se recargue adecuadamente. Si no existe el descanso adecuado, existirá fatiga, tanto física como mental, y puede llevar a problemas de salud más graves.
Por ello será importante seguir unos hábitos de sueño saludables y no ingerir cafeína cuatro a cinco horas antes de acostarse, así como también evitar el uso del ordenador, especialmente antes de dormir.
Huye del estrés, practica técnicas de relajación y respiración u otras terapias, para desestresar el organismo; de esta manera te librarás de la ansiedad, que afectarán negativamente a tu organismo.